Se trabaja todo el cuerpo, pero se hace especial hincapié en el cuello, la espalda y las piernas.
El terapeuta comienza con fricción superficial y, a continuación, pasa a la técnica de digitopresión en las áreas más rígidas. Después, la digitopresión se transforma en pases de fricción profunda, para seguir con la técnica pinzado-rodado.

El masaje finaliza con el llamado amasamiento, una serie de manipulaciones contra-circulares que ponen el punto final a la sesión mientras la paciente se deleita con los aceites esenciales
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